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La piel del bebé desde el interior
LA PIEL DEL BEBÉ ES EL FRUTO DE UNA larga MADURACIÓN llevada a cabo A LO LARGO DEL EMBARAZO :
Hacia el día 40 del embarazo, el pequeño embrión que mide de 10 à 14 milímetros ve cómo se le van formando la lengua, los dientes y la epidermis. En la semana 22, el bebé mide 17cm de la cabeza al cóccix, 26cm de la cabeza a los talones y pesa 500g. La piel se vuelve más gruesa, pero está todavía arrugada, porque la grasa subcutánea todavía no ha aparecido. Las glándulas sebáceas se desarrollan y empiezan a segregar el vernix caseoso, cuyo fin es proteger la piel del bebé empapada de líquido amniótico. En la semana 23, aparece la grasa subcutánea, así como pequeñas líneas en los dedos y las palmas, que serán sus huellas digitales. Las yemas dentales ya están y el marfil de los futuros dientes de leche empieza a formarse. En la semana 26, el bebé mide 21cm de la cabeza al cóccix, 33cm de la cabeza a los talones y pesa 870g. Su piel se ha vuelto roja por la presencia de pequeños vasos sanguíneos que la recorren. En la semana 35, el bebé mide 30cm de la cabeza al cóccix, 45cm de la cabeza a los talones y pesa aproximadamente 2kg400. Va cogiendo peso. El vernix sigue estando presente ; probablemente aún le queden restos cuando nazca (se trata de pequeñas placas blancas que se pueden apreciar justo después del parto). En la semana 36, el bebé mide 32cm de la cabeza al cóccix, 46,5cm de la cabeza a los talones y pesa aproximadamente 2kg650. Pronto conocerá a sus padres y su piel ya es tal cómo la verán.
LA PIEL DEL BEBÉ TIENE UNA FISIOLOGÍA PARTICULAR :
Extremadamente suave, fina y fácilmente irritable, la piel del bebé, nacido a término, está totalmente estructurada : el estrato córneo, la epidermis, la dermis y la hipodermis ya están formados.
Sin embargo, la piel del bebé es muy distinta de la del adulto :
– El estrato córneo de la piel es fino y permeable. La dermis es menos gruesa que la del adulto. Está constituida por fibras elásticas y haces de colágeno muy finos. Hay que esperar hasta los 4 años de edad para que la piel de un niño se vuelva prácticamente permeable. Hasta entonces se puede irritar fácilmente y representa una vía de acceso fácil para los agentes químicos. Le faltan medios naturales de defensa que llegarán a constituir sus estructuras cuando maduren. Cualquier lesión no tratada puede sobreinfectarse. Se considera que en la superficie de la piel de un bebé prolifera una flora cutánea de 50 a 60 millones de bacterias por cm2. – Las glándulas sudoríparas todavía no están listas para funcionar « como es debido ». El recién nacido tiene un déficit de sudor, es decir una dificultad para eliminar desechos, toxinas y regular la temperatura de su cuerpo. Menos lubricada, esta piel tendrá mayor tendencia a deshidratarse. – Las glándulas sebáceas, estimuladas durante el embarazo por las hormonas maternas, están excesivamente desarrolladas al nacer, lo que explica un excesode sebo y la aparición de costras lácteas, por ejemplo. A medida que pasen los meses, la piel del bebé irá cambiando, volviéndose cada vez más seca, hasta la pubertad. – Recubierta por un manto hidrolipídico excesivamente fino y poco resistente, la piel del bebé es particularmente sensible a las agresiones tales como el viento, el calor, el roce de los pañales y de la ropa. – Las células de pigmentación, las melanocitas, que se encargan de proporcionarle color a la piel, son aún poco numerosas y contienen pocos melanosomas. Esto explica que la mayoría de los recién nacidos tengan un tono de piel muy claro, aunque sus padres sean más morenos. – Pobre en melamina, substancia que protege de los rayos ultravioletas, la piel del bebé es extremadamente sensible a las agresiones del sol. – En un bebé de pocas semanas, el mecanismo de transpiración, que contribuye a la termorregulación, no está totalmente regulado. Por lo tanto, un recién nacido es más vulnerable a las variaciones de temperatura que un adulto.
Dr. Philippe Goëb